miércoles, 20 de mayo de 2009

REFLEXIONES: ¿DONDE ACABAN LOS SUEÑOS?

¿DONDE ACABAN LOS SUEÑOS? Por Jorge E. Bermejo Le robé a las sombras unos gramos de oscuridad, y a la multitud pedí prestado un poco mas de soledad. Al grito le pedí silencio y calma a la ciudad [...]. Había un mapa imaginario, un libro sin final, el camino estaba ya trazado y algo nos impedía andar. No puedo recordar jamás como acaban los sueños, después de despertar se desvanecen y los pierdo. No puedo recordar jamás como acaban los sueños... Como acaban los sueños Jose Ignacio Lapido (Músico - 091)
Cuando el hombre está hambriento de optimismo rebaña hasta la saciedad sus recuerdos más amables falseando su estado por una necesidad, sencillamente se ausenta de su ego realista, pero... ¿donde y cuando deben acabar los sueños?.
El rumano Ion Tiriac dijo en una ocasión soy inteligente para saber cuándo soy un estúpido y yo me pregunto ¿sabemos cuándo nos convertimos en estúpidos imaginarios llenos de humo?, ¿cuál es el resultado objetivo que nos aportará ese humo?, ¿debemos poner tope al espíritu optimista que refleja un falso pero necesario estado de bienestar para el alma?. O por el contrario caemos en el optimismo desmedido apartando la contribución trascendental de la real inteligencia, esa que nos dicta las circunstancias del momento. El zenit que marca la diferencia siguen siendo, en mi opinión, la reflexión y la prudencia sobre las que cada cual marca sus límites y de las que jamás debemos renegar. De esta manera dejaremos como salvavidas y en un segundo plano otros factores como la mediación externa que será el resultado de nuestra imposibilidad por ordenarnos entre realidades y nostalgias, entre hechos y proyectos. Llegados a este punto en el que nos encontramos débiles entendemos y debemos ser conscientes que deberemos dar con una correcta diplomacia psicológica que nos reoriente y no aquella que aún nos pierda más entre tanta maraña mental.
Entre mis notas encontré una que me hizo meditar sobre ello...
Muchas noches necesito calmar mi mente disparada que, como la ansiedad de un enganchado, palpita a caballo de las mil ideas que rondan mi cabeza. Quizás únicamente sea la necesidad de organizarme, estar solo por unos instantes, salir a la noche por las calles de Madrid. Camino escudriñando mis pensamientos... ¿Cómo llegamos a ser lo que somos?, ¿qué me atrae del pasado?, ¿qué busco en las luces de mi ciudad cubierta de oscuridad y noche?. Las luces amarillas de la farolas, las rojas y blancas de los coches... los neones. ¿Porqué llegue tarde y mientras espero descubro que ya nunca llegaré?. Tengo una vieja foto sobre mi mesa, octubre del noventa y uno, ¡quince para dieciséis que van ya!. Tengo un viejo fantasma sobre un libro en mi mesa. Tengo una sensación dormida hace más de quince años y una calle mil veces pisada para que al ser pisada en la mil una, o mil dos o mil tres, quince años se despierten. Tengo una sensación que ahogar y un deseo que dejar morir. Pero... ¿Cómo llegamos a ser lo que somos?, ¿porqué el pasado no pasa si es pasado y regresa en el futuro?.

1 comentario:

  1. Los sueños no acaban...
    Igual que las olas van y vienen...
    Un sueño se va y viene otro........
    No existiría el optimismo si anteriormente no le hubiera precedido la tristeza o la frustración.

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