Por: Jorge Bermejo
La de hoy, a ciencia cierta, ha sido una noche muy larga para mucha gente. De hecho, en muchos despachos del mundo, incluyendo alguno de Madrid, aún no se han ido a dormir y hay quien todavía aguarda. Sin embargo las horas pasan y los teléfonos no suenan con la llamada esperada. Parece que la necesidad de cambio es imprescindible, y este se hará seguro, pero los tiras y aflojas muestran que no está tan claro que sea mediante un corte radical o instantáneo.
Ahora, mientras escribo, está amaneciendo sobre Egipto con ruido de fondo, con diecisiete grados… y agradable, como su gente, pero nublado… como su destino. Despiertan las calles de El Cairo, aunque ciertamente no hayan dormido. Al final, entre unos y otros, hay demasiados que han descansado mal esta noche.
Y todo porque las últimas y frenéticas horas que estamos viviendo están experimentando uno de los mayores despliegues diplomáticos y políticos de la historia reciente. Toda una lección a aprender que bien debiera acabar en Magistral, aunque lo seguro es que se trata de un examen decisivo para entrar en una nueva era sin tener una guerra por medio, demostrándonos (la especie humana) que el dialogo y la diplomacia también solucionan cosas.
Hoy, cuando amanezca, estaremos ante un día de punto y final… o punto y seguido, y las próximas treinta y seis horas serán decisivas para la resolución de este magnífico hecho al que asistimos todos.
Desde que en las últimas horas la postura de Washington se ha radicalizado más, la posición de Mubarak se ha resentido peligrosamente hasta el punto que muchos ya saben, a esta hora, que saldrá de inmediato del poder. El nuevo presidente transicionista (al que ya telefonean las cancillerías para tratarlo como nuevo presidente) es Omar Suleiman, todopoderoso spymaster con Mubarak y uno de los mayores especialistas en la lucha contra el radicalismo islámico. El rais ya está fuera de juego, es un juguete roto, un jarrón chino que mantiene todavía el suficiente respeto de su ejército, el segundo más ayudado en oriente medio por los EE.UU. Esta institución, tan valorada en el país y cantera de los presidentes, mueve ficha para posicionar a su hombre: Suleiman.
Occidente aguanta la respiración. Tiene demasiadas vergüenzas escondidas tras veinte años de connivencia con el gobierno de Mubarak, y especialmente con Suleiman, el heredero. En cualquier caso, todos menos el presidente tienen prisa por solucionar este conflicto que paraliza un país, la zona y a medio mundo. Se ha pasado a la carrera de intentar organizar una oposición razonable a apremiar la articulación de un nuevo gobierno de unión y consensuado (en el no deben faltar Al Baradei, Suleiman y, de alguna manera, los Hermanos Musulmanes, cuyo poder vamos a conocer pronto).
En este sentido es importante resaltar que hoy los minutos cuentan. Mientras en El Cairo se mantenga la intriga, otros focos de tensión se relajarán restándoles el protagonismo necesario para crecer. Esto sería una mano de amigo extendida directamente sobre Jordania, excepcional aliada de occidente en la zona, y lugar donde hoy, coincidente con la de Egipto, hay convocada otra manifestación de importancia interior y que es necesaria -sino difuminar- si camuflar.
(Foto izq.: BEN CURTIS / AP)
Protagonistas serán hoy, como hemos mencionado, los Hermanos Musulmanes (en adelante HM), imprescindibles en la transición. Hasta el momento no habían actuado nunca de manera oficial como colectivo, evitando de esta forma soliviantar a diferentes partes implicadas. Pero hoy eso cambiará durante la manifestación (que nacerá en la famosa plaza Tahrir) convocada para las próximas horas por toda la oposición.
En El Cairo, hoy capital del planeta, como en los países musulmanes durante el viernes de oración, las concentraciones humanas en los accesos a las mezquitas resultan ser un espectáculo impresionante. A la salida del rezo un mar de gente inunda las calles, como lo hará hoy para asistir después a la que ya han llamado La Gran Marcha del día del adiós, en referencia al presidente.
No debemos olvidar la propia idiosincrasia del país, ni que es un puente de diferentes influencias internas, a caballo entre el MAGREB y el oriente próximo/medio donde precisamente debe mantener un equilibrio vecinal, no en vano tiene a Israel o Libia de vecinos.
Así es más sencillo comprender la dinámica paciente y tranquila que aplican ellos mismos -no otros- en la revolución de Egipto, el corazón de los países árabes, una buena tajada… con el pueblo, como siempre, en medio.
Aún así, en el aire se respira cambio, y aquellos, los HM, están sabiendo ganarse la calle sin prisa pero sin pausa. La organización se adapta y sabe moverse gracias a sus matices religiosos, las experiencias obtenidas en otros países del entorno, así como una excelente red asistencial gratuita y, por extensión, a la solidaridad del Islam (digno estos temas de ser tratados en otra ocasión).
Políticamente esto se ha traducido para ellos en una mayor penetración y asentamiento y, en un Parlamento de 455 escaños, también en un ascenso desde los 17 a los 88 diputados. Lo dificil de comprender es que este crecimiento se estuvo gestando a la sombra de la represión y sobre determinadas corrientes radicalizadas del Islam que se expandían por el territorio, aunque esto oficialmente no ocurriese. Posteriormente se estuvo alimentando por un excesivo alineamiento del País del Nilo con las tesis pro-occidentales, hasta que el equilibrio se ha roto.
Es frecuente equivocarse en estos aspectos. No se debe creer que lo pensado por occidente, el rais o su gobierno es efectivamente lo que desea el pueblo, y los HM, que están allí, se han dado cuenta a tiempo y efectivamente de ello.
Es frecuente equivocarse en estos aspectos. No se debe creer que lo pensado por occidente, el rais o su gobierno es efectivamente lo que desea el pueblo, y los HM, que están allí, se han dado cuenta a tiempo y efectivamente de ello.
Esta pieza del puzle, que conformará la transición egipcia, es la más difícil de encajar, pero a nadie le cabe duda que deben tener un espacio propio en la mesa de decisión que se esconde entre bambalinas.
Definitivamente es tiempo de vivir el momento y queda mucho por escribirse, pero estamos en la fase de los medios de comunicación, que están al corriente de muchas más cosas de lo que parece, y ellos se encargarán de hacerlo. En pocas horas veremos de nuevo como efectivamente la historia, también en Egipto y en el área, es cíclica. Suleiman, el vicepresidente de Mubarak, alcanza la presidencia, como antes hizo este cuando fue vicepresidente con Anwar el-Sadat.