viernes, 22 de octubre de 2010

DE PASEO POR LOS BAJOS FONDOS

NEGOCIACIÓN PARA CENAR
Por: Jorge E. Bermejo

Otra vez me permito explicar algo en poco más de quinientas palabras. Dos cosas destacan, el PNV entra en juego seriamente y se acortan los plazos para tratar con ETA. Las próximas elecciones locales y autonómicas se medirán en clave nacional y eso entorpece los tempos adoptados. Como estaba previsto el superministro Rubalcaba, una de las manos que mece la cuna, adopta una posición predominante.
Y mientras algunas cosas se van cumpliendo, también van surgiendo nuevas interrogantes con varias hipótesis... además de un estudio pormenorizado de la Declaración de Alsasua y el posterior varapalo de la Administración Obama a esta propuesta. Ha sido, nada menos, el Departamento de Estado, que dirige Hilary Clinton, quien ha manifestado la particularidad del País Vasco, no comparable con Irlanda, por ejemplo. Eso sin entrar a mencionar los guiños a la efectividad del las F. y C. de S. del E. que luchan contra el terrorismo etarra. Pero todavía quedan en el aire otras más:
- ¿Qué es todo lo que hace el “mediador” sudafricano Brian Currin en España, más concretamente en el País Vasco?.
- ¿Qué papel juega Venezuela y su embajador, Isaías Rodríguez en todo esto?.
- ¿Es actualmente interesante la opinión del etarra Cubillas?.
- ¿Porqué aparece Txelis en escena ahora?
- ¿Cuál es el nivel de conocimiento y/o implicación del nacionalismo vasco democrático y moderado?.
- ¿Cuál es el papel de los etarras Besance y Atristain?, ¿es directo o indirecto?.

En las horas en las que se hacía progresivamente público el nuevo roll de Rubalcaba, a este se le merendaban la Nocilla los nacionalistas e IU al rechazar en conjunto el adelantamiento de fecha para las Proposiciones de Ley relativas al acceso de Batasuna a los ayuntamientos vascos. Esto es solo anecdótico pues la suma de PSOE y PP sella, por una vez, la tranquilidad socio-política.
Los pasos estratégicos se empiezan a despejar con la llegada a La Moncloa del eurodiputado Ramón Jáuregui, de estimado peso específico para lo que se va a tratar con ETA. Como bien conoce el apreciado lector usual, soy reiterativo en mencionar la lectura entre líneas porque es un hilo conductor espectacularmente eficiente.
Por otro lado, en SEGI sobra mucha gente, pero a estas horas, controlada policialmente, ya tendrá instalado en su entraña el germen de la disidencia. Su posicionamiento entorno a las líneas etarras, engrandecido por su condición terrorista tanto como de cantera de violentos lo hace objetivo prioritario para ser neutralizado. Cortando este tubo de oxigeno ETA se debilita sin duda y Otegui recibe el aire transferido.
Es este sentido, las actuaciones contra el entorno SEGI son “todo beneficios” para Interior, ya que, por un lado quitan peones molestos del tablero y por otro venden a la opinión pública una continuidad en los esfuerzos usuales por erradicar a la banda armada. Esto tiene su entidad como cortina de humo, ya que mientras la ciudadanía vea éxitos policiales se mantendrán a los ojos alejados del epicentro negociador, y por ende aumentará el ánimo social en un asunto tan sensible para todos.

¡Ahí queda!...

lunes, 18 de octubre de 2010

DISPARANDO PLASTELINA

LA NECESIDAD DE UN CAMBIO EN LOS EJES DE ESTRATEGIA
Por: Jorge E. Bermejo

Me he propuesto dar dos pincelas (una sobre política exterior y otra sobre la de interior) acerca de aspectos actuales e importantes para España, y todo ello quiero que sea en quinientas palabras.
En el exterior, la indudable capacidad general de España (no del Gobierno actual) para actuar a niveles internacionales no se debe jugar en Segunda División. Somos una potencia en horas bajas que tendrá el duro trabajo de reconstruir los campos arrasados por donde el actual gobierno ha ido pasando. De esta afirmación ya no le caben dudas a una inmensa mayoría de nuestra sociedad.
Los ejes de estrategia global se trasladan como resultado de una transformación que está sucediendo, pero España se enroca en explotar su potencial exterior con etiquetas como Gibraltar o Venezuela. Marruecos y Sáhara ya es un problema de Primera División porque ningún gobierno desde la llegada de la democracia ha querido actuar realmente sobre él.

En el interior la única baza existente para aflojar la actual situación del Ejecutivo, se juega en la trastienda y sus protagonistas son fontaneros que se afanan en tratar con ETA su final para que otros, véase Zapatero, su sequito y Pérez Rubalcaba –este todavía tiene un perdón- se lleven el triunfo y con ello las glorias de ser el Presidente que acabó con este terrorismo. A ETA la urge negociar. Está cercada socialmente (dentro y fuera del País Vasco), no tiene líderes con carisma ni potenciales futuribles y sus bases ya no son el terror de la kale borroka. Sus fuentes de financiación están estranguladas y la organización se encuentra absolutamente penetrada por las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y determinado servicio de inteligencia. Su gran Kehlsteinhaus (Nido del Águila en referencia al refugio de descanso de Hitler en Berchtesgaden), hasta no hace tanto justo más allá de los Pirineos, se va alejando espacialmente cada vez más, y más disperso, del epicentro de su lucha.
Pero quizás un dato que cobra ahora su debida importancia es que sabe que no puede aguantar mucho más a este ritmo y que el próximo gobierno será del Partido Popular, y para los terroristas no es lo mismo rendirse al PSOE que al PP, aunque suene extraño, y eso lo saben en interior: Les queda un año para negociar. El tiempo restante hasta la siguiente convocatoria de elecciones es el que tienen para rentabilizar la victoria, algo que obviamente desea apropiarse el Presidente dadas las circunstancias actuales. Error gravísimo que incidirá en el ánimo de los españoles provocando una (otra) reacción explosiva que será mancha sobre mancha en el oscuro camino estratégico del actual Presidente.
El fin de ETA es una victoria de la democracia y de todos los españoles. Primero las víctimas y sus cercanos, después del resto de ciudadanos de bien representados por todos los gobiernos desde la transición democrática y las formaciones políticas que en ello trabajaron.