jueves, 18 de junio de 2009
RELEXIÓN: SILENCIOS
martes, 16 de junio de 2009
NARRACIÓN CORTA: VIVIR Y MORIR EN ORIENTE MEDIO
Fathi conduce con pericia entre escombros y gente, pienso en él y en que es un gran tipo. Tan misterioso como el día en que apareció en mi vida y tanto como el nexo de unión que hasta hoy nos ha acompañado. Juntos nos hemos cuidamos en esta, y de esta, maravillosa y desangrada región donde "nada" es lo común y un buen amigo lo es todo.
El tráfico por los caminos de tierra se hace más insoportable, cada pocos metros debemos sortear controles con guardias muy nerviosos o gente que aparece por cualquier rincón. El vehículo sobrepasó a un crio que lloraba solo al borde de la carretera, miraba el cadáver de un hombre joven tendido sobre su mula, la sangre se ha mezclado y se acumula bajo ellos, de nuevo suenan detonaciones que parecen provenir de obuses autopropulsados. Es extraño, aquí no deberían estar, pero observo pequeñas columnas de humo que surgen hasta el cielo entre los olivos que dejamos a la izquierda, ¡esa debe ser la ubicación de la artillería!.
Ha dejado de llover y el sol pelea por salir encima de nosotros, superpuesto a la desolación. Un grupo de chavales ataviados como guerrilleros nos saludan sobre un montículo con el brazo en alto, gritan una y otra vez "¡Alá akbar, Alá akbar!" (Allah(u) Akbar).
Mirando al horizonte de la carretera, el cronista se quedó dormido mientras Fathi soportaba los trompicones del todoterreno y se aferraba fuerte al volante. A ratos perdía la mirada en la cara de su amigo y le veía dormir tranquilo. Un aroma muy intenso a mar había penetrado tierra adentro y barría los campos grises y los olivos desgarrados, los pilares de casas destruidas o la cara de los que huían, pero Fathi no podía detenerse para contemplarlo hasta llegar a su destino. Apenas una hora después así lo hicieron con el polvo del camino todavía en la boca y el olor a explosivos flotando en el aire.
Aún no se había disipado el polvo alrededor del coche cuando una persona se acercó al vehículo. Aparentaba esperarles aunque no habían anunciado su llegada, enseguida se presentó como asesor privado y añadió que también era un pequeño empresario exportador. Su acento era inconfundiblemente del sur de Estados Unidos, ¡Dios mío!, quizás nos vio cara de tontos... Dijo pertenecer a una empresa europea que preparaba un reportaje sobre la vida de los combatientes... ¡todo inconexo!.
Soy Fathi y soy árabe, jamás había visto a mi amigo como lo encontré aquel día... miraba detenidamente cada fotografía en la lejanía, como si estuviese viendo algo diferente a lo que yo veía, parecía una bolsa de premoniciones a punto de explotar. Ahora sé lo que veía pero entonces no podía ni imaginarlo.
Al atardecer, a la hora de los mosquitos, solo algunas horas después de llegar, salimos acompañando a un pelotón de hombres que aparentaban ser equipos especiales. Les habíamos visto durante la comida, sus ojos estaban grabados en mis retinas, todos uniformados de oscuro y con esa mirada que solo el que lleva tanto combatiendo tiene. Les habíamos visto enfundarse los pasamontañas, quitarse brillos y cualquier insignia que los delatase... y aquello creo que nos abrió los ojos a los dos, pero ya era tarde. Para entonces caímos en la cuenta que habíamos iniciado el viaje sin retorno. Tan solo tardamos unos minutos en sentir que estábamos al otro lado de las líneas. Hacia poniente, en dirección al mar, escuchábamos disparos y mas detonaciones, eran muy continuos, alguien se la jugaba cerca de un pequeño arroyo, entre los árboles que se alineaban en su cauce.
Sin petos de prensa, vestidos de civiles, junto a una unidad militar sin identificar y aturdidos por los disparos apenas recuerdo lo que pasó después, además, las paredes blancas de este hospital me impiden concentrarme. Estoy agarrotado y me duele mucho la cabeza, me siento comprimido por las vendas que recubren mi cuerpo, aunque ya he visto que me falta una pierna la siento palpitar tanto como me duele el pecho al respirar. Me acuerdo vagamente que el combate se extendió prácticamente hasta donde nosotros nos encontrábamos, de repente alguien desde atras comenzó a disparar también y al minuto nos encontramos en medio de una refriega. Sentía como las granadas de un RPG ruso comenzaban a explotar entorno nuestro. Todos los que nos acompañaban se replegaron velozmente, a nosotros nos engancharon por el cuello y nos comenzaron a sacar a rastras de allí.
Parecía el momento más duro del combate pero eso estaba por llegar cuando una granada explotó entre mi amigo y yo... Todo se volvió silencio y pitidos, pero aún así le estuve buscando hasta que entre el humo y el olor a explosión lo pude ver completamente aturdido y con un agujero de cinco centímetros en el pecho, no hablaba, solo jadeaba y expulsaba sangre a borbotones. Tardó pocos segundos, -¡al final, me quedo... por aquí!- dijo entre susurros y murió.
Hoy sé que veía entonces, veía la muerte con los billetes de vuelta a casa en la mano, intuía cosas que solo algunos, los que llevan demasiado en la brecha, pueden distinguir... supo que iba a morir allí, tan solo buscaba el lugar y un cielo tan luminoso como el de Oriente Medio.lunes, 15 de junio de 2009
POLÍTICA INTERNACIONAL: ¿QUE SUCEDE EN IRÁN?
Entonces, a la espera de las posturas internacionales, cabe prever en la inmediatez, que la Unión Europea no adoptará grandes decisiones, Francia, al margen, debe capitanear una postura oficial a caballo de sus intereses, de los del Viejo Continente y de acuerdos con otros países. Estados Unidos jugará a doble carta, esto es, mientras figuras como por ejemplo Biden se acercan a la figura dura de la película la Secretaria de Estado Hilary Clinton debe jugar su papel diplomático (que no cortesano) y dar una de cal y otra de arena. Mientras tanto el ciudadano de a pie asiste a desde casa y una vez más al recalentamiento de un foco geoestratégico de dimensiones descomunales si tenemos en cuenta quienes son los vecinos de Irán... Afganistán, Irak, Pakistán, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, etc...
Otra de las cuantificaciones que se deben manejar en estos casos es que Irán, con setenta millones de habitantes, tiene una importante bolsa de gente joven con un buen nivel cultural, que entienden sobre nuevas tecnologías y muchos de los cuales han salido o residen en el extranjero. Sencillamente hablamos sobre perfiles de personas que no desean por más tiempo lo que han visto hasta hoy, que reclaman una necesaria modernización basada en conceptos totalmente diferentes a los que se alimentan en Irán.
Con esos nuevos conceptos que a pesar de todo han logrado penetrar en el "viejo" Irán, la necesidad de adaptación se hace imprescindible mientras el vaso no esté desbordado. Después, debido a la atracción internacional que el gobierno desea evitar a toda costa y a otros factores, llega un clímax que resulta más beligerante y que puede ser este al que nos enfrentamos. O... puede tratarse tan solo de una movilización avocada al fracaso físico pero faro de aviso en adelante a los dirigentes iraníes y al presidente Ahmadineyad.
Éste, sumido en el aumento de la radicalidad internacional que se reflejaba estos días pasados ha descuidado la atención interna por donde la oposición ha visto una pequeña grieta para intentar colarse, ¡el peligro lo tienen tabién dentro!.


