jueves, 18 de junio de 2009

RELEXIÓN: SILENCIOS

SILENCIOS
Por: Jorge E. Bermejo
Hace tiempo que soy territorio de la mente y no del cuerpo, y todo ello ha sido gracias al silencio. Hace demasiado que me evaporé y tan solo quedó un cerco de sustancia en el suelo, en el mismo lugar que elegí para ser recordado por los míos, y todo eso ocurrió en silencio. Y aún hoy me pregunto: ¿Que más debe ser el silencio aparte de un estado de nuestra necesidad? Es parar de correr durante un minuto para observar sencillamente lo que te rodea... porque esto también lo es. Silencio frente a un amanecer es vivir, pero silencio frente a los vencedores es sumisión tanto como silencio entre lágrimas es dolor porque solo se puede ser humano si reconocemos que los sentimientos, a veces, nos silencian. Silencio es vida y es todo, pero aquel que no es voluntario no es silencio sino mordaza. Silencio también es mensaje cuando miras a la persona amada e inteligencia cuando debes callar, silencio es escuela donde escuchas a quien te puede enseñar y paciencia para no hablar demasiado, es por tanto sabiduría. Entonces, ¿silencios son todos?... silencio es todo. Puede ser reprobación frente a quien vocifera pero también grito y estruendo ante el que espera que hablemos, es vida frente a la nada de un valle y quejido cuando estas junto al amor perdido o al imposible sueño de obtenerlo. Silencio no es pues, aquí y ahora, acallar un sentimiento sino sentarte y dejar que fluya como un río. Silencio es lenguaje porque al fin silencio eres tú o soy yo cuando nos miramos sin decirnos nada. Si con el silencio sabes expresarte, si con él ha sido comprendido tu mensaje, si lo haces sin causar dolor... ¡eres digno de admiración!. Silencio es a veces diálogo en diferentes idiomas y como parte de tal estás perdonado si necesitas expresarte también con palabras porque no encuentras otra manera. Silencio no es hablar tras la mampara ni es usarlo como arma esquiva porque a veces el silencio no resulta provechoso si no se sabe manejar.
Que mas silencios hay como agujas que los del final de una vida, que los de un adiós escondido... ¿cuales hay que sean peores tragos para el que está frente al monstruo que le devora por dentro?.
El silencio, en cualquiera de sus formas, puede provocar desajustes vitales que hay que corregir a la carrera porque la vida no para por tí ni pasa más despacio ahora, de hecho la vida pasa tan rápidamente que en ocasiones descuadra el tándem edad-conciencia. Unas veces todo un hombre tiene la mente de un niño y en otras nos enfrentamos a un viejo en el cuerpo de un crío. Y en este caso digo viejo como sinónimo de persona con acopio de conocimiento y experiencias, de sensaciones y fondo.
Ayer, raramente, me hice caso y cerré los ojos un minuto frente al ventanal. Cuando los abrí el mundo frente a mí se había transformado, la tarde cerrada y preñada de lluvia inundó todo de gris, la habitación estaba en penumbra y los truenos rompían por sorpresa sobre Madrid. En un suspiro descargó sobre el jardín toda la lluvia del Diluvio Universal. ¡La imagen era tan espectacular...! La lluvia caía con fuerza y en cantidad tanta que costaba ver la fachada enfrentada, golpeaba con odio y racheaba sin piedad. ¡Y yo estaba descubriendo el sencillo detalle de un día de lluvia!.
Cuando cerré los ojos de nuevo seguía lloviendo y era de noche, pero esta mañana el sol ha roto luminoso donde ayer lloraba tanto y he sentido que entraba por la ventana para despertarme... y todo esto en silencio... He desayunado frente al mismo ventanal que el día anterior era gris, pero ahora la habitación estaba inundada de luz y una brisa ligera movía las ramas de los árboles del jardín. Mirando fuera me he dado cuenta que la noche más triste ha pasado, las lágrimas ya no caen ni la oscuridad es dolorosa, ya no me siento sumido en el silencio del sacrificio. Ayer me acurrucaba en los brazos del olor a tierra mojada, sentía sus dedos frescos y disfrutaba de su perfume para olvidar la noche amarga. Tanto lo sentí que las horas se han llevado la amargura pero el olor a tierra mojada se ha quedado grabado. Por eso, porque ya ha pasado y aunque hoy la luz no trae aromas, a mi me sigue oliendo a eso... a tierra mojada y fresca.
Y al fin el silencio huye por el jardín dejándome a solas con mis percepciones. Y de esta manera he experimentado el silencio para saber que tan solo lo deseo administrado, que tras un buen silencio recuperas la voz para saber expresarte con palabras o que al fin, un silencio es la puerta para la reflexión.

martes, 16 de junio de 2009

NARRACIÓN CORTA: VIVIR Y MORIR EN ORIENTE MEDIO

VIVIR Y MORIR EN ORIENTE MEDIO Por: Jorge Bermejo
Esto es el Oriente Medio y ahora llueve fino sobre el Líbano. Llevo una vida aquí, a veces tan solo lo tengo en mi cabeza y por eso he vuelto una y otra vez. Desde la ventana de mi habitación, alquilada por la empresa que paga mis gastos, observo cómo pasa la vida antes de marcharme para siempre. Comúnmente escribo de manera libre y malvivo desordenadamente vendiendo mis crónicas al mejor postor, soy lo que llaman un "mercenario de la vida" aunque no siempre ha sido así, también he conocido la buena vida y el reconocimiento. Pero ahora no es tiempo de ello y las cosas no han ido bien últimamente por aquí, la guerra ya no es lo que era y su dureza ante las cámaras ha quedado resumida a una escena preparada y un aviso a través de tus contactos de lo que ocurrirá. Por aquí, de un tiempo a hoy, el único que pelea en su guerra soy yo, peleo contra mí, contra el mundo, contra mi otro yo que es el enemigo, y cuando no puedo más... salgo a pasear, no es difícil encontrar hashish por estas tierras.
La vida aquí ha ido de mal en peor y las crónicas se acumulan sin respuesta sobre mi escritorio, esperando que alguien se interese por ellas... ¡tiempo atrás no se mezclaban más de dos!. Todo se ha transformado y, hasta los milicianos que antes se paraban frente a mi puerta hoy pasan de largo sin mirar siquiera en esta dirección. Aunque rotan tan rápido que ya apenas los conozco, aún recuerdo a esos milicianos de hace veinte años, sencillamente eran diferentes a estos... en mentalidad y en presencia. Yo ahora tan solo espero, miro el ventilador moverse sobre la mesa. Espero a salir de aquí, miro las paredes de la habitación y ya no me siento bien, me absorbe esta vida como me devoran las cuatro paredes y la penumbra que busco, veo girar el ventilador pero no siento nada, tan solo he espabilado al sentir el sudor cruzar por surcos mi piel. Es martes, pero es igual que cualquier otro día, el teléfono no suena y siento alivio al pensar que mis billetes de regreso están cerrados para este fin de semana. Tan solo queda cubrir una crónica sin importancia, una que acabo de cerrar para despedirme de la profesión y regresaré con tiempo para llorar en soledad, respirar muy profundo y preparar las maletas. Aquí dejaré buena parte de mi vida, la misma que he amado y ahora me consume, aquí se quedará con todo y yo me iré sin nada, regresaré a casa o a cualquier sitio sin nada en los bolsillos aunque lo cierto es que Oriente Medio es muy grande para encontrarse con el pasado el día menos pensado. Lejos, hacia la línea, se escuchan explosiones pero ya no me estremezco como antes. Parece que una vez más la tregua se ha roto y yo me he acostumbrado a ello, no he mostrado apenas sorpresa y pienso en que las bombas pueden llegar a hacerse familiares. Demasiado tiempo entre aventuras hace que uno pierda la percepción de determinados peligros, quizás por eso me mudé a esta casa, justo en zona de guerra. Los malditos proyectiles se acercan cada vez más, estallan alrededor y eso provoca que por fin me acerque a la ventana, que atisbe lo que parecen explosiones de fósforo, luces blancas y destellos sobre una tierra ferozmente castigada. Más acá los vecinos comienzan a huir y el viento me trae lejano el tableteo de las AK,s justo tras ellos. Comienzo a experimentar como la adrenalina burbujea dentro de mí cuando siento impactar las balas en la fachada de la casa, los chasquidos quedan grabados en mi memoria pero valen de poco cuando no veo las balas. El pequeño cristal que cubre un tragaluz en la parte alta de la pared ha saltado por los aires hecho añicos, seguramente todo esto asustaría profundamente a la gente en cualquier otra región del mundo pero aquí... a pocos "klicks", como llaman los soldados norteamericanos a los kilómetros, de una de las fronteras más peligrosas y activas del mundo se pierden percepciones que serían impensables de olvidar en cualquier ciudad de mi país. Mientras escribo no me inquieta que pueda tratarse de un avance, a la puerta de mi casa la vida continua y solo la rompen los pastores y los que huyen. El sonido de las bombas es realmente intenso, a veces la casa vibra y puedo escuchar las ráfagas de las armas muy cerca, quizás ya me preocupe que comiencen a llegar entremezcladas con los gritos de la gente. Una potente bomba ha caído frente a la fachada de mi casa, en el terreno baldío y con ruinas, que hay justo enfrente y todo a vibrado como si hubiese explotado mas bien encima, la taza de café se ha roto contra el suelo manchando algunos libros y otros papeles, una pila con mas libros se ha desmoronado también. Estoy desorientado, he sentido que todo se venía encima y ahora me veo en el suelo, pero en cuanto he recuperado la conciencia me he asomado a la ventana para escuchar las cadenas de los vehículos acorazados que rujen tras los huertos. Es mi última crónica y presiento que no será de continuidad... Desde la ventana veo todo con más claridad, podría subir a la azotea pero seguramente algún tirador me volaría la cabeza en menos de cinco minutos. Pegado a la pared atisbo apostados junto a los muros de mi casa a algunos milicianos imberbes que esperan inquietos a los carros y la infantería. Les veo sudorosos e inquietos, distingo como uno no logra asir cómodamente la empuñadura de su arma y siento miedo. Disparan en mi calle, el tiroteo ya está aquí y si permanezco metido unos minutos más quedaré definitivamente encerrado y en tierra de nadie.
Aún así busco por la mesa alguna de mis cámaras, sé que están entre la maraña de papeles y trastos que permanecen esparcidos, tras la explosión, por toda la mesa y el suelo. Al fin encuentro una de ellas destrozada y con un agujero que bien pinta metralla casual. La otra está bien y la puedo recuperar. Al levantar la vista me he quedado paralizado mirando mi peto de periodista también descuartizado y un agujero en la pared a la altura de mi cabeza, debe tener cuatro centímetros de diámetro y dentro parece haber algo incrustado. Llevo al menos un minuto mirándolo fijo y viendo mi cabeza con semejante agujero... Cuando me he asomado todo había terminado... ¡he llegado tarde!, pero he vuelto a vivir y tendré otra oportunidad de llegar a tiempo... de aquí al sábado, ¡o no!. La ofensiva parece ralentizars a las puertas de la aldea y debo aprovechar para marcharme a mi cita, a mi última crónica. Al bajar me despido de Yasser, el vecino que siempre me mira sentado sobre una piedra a la puerta de casa, a veces pienso que ya estaba allí antes que la propia aldea. Sobre lo que era el bordillo de la acera me espera Fathi, el conductor, con el motor de su cuatro por cuatro en marcha y la puerta abierta... -¡rápido, rápido!- me grita desde dentro mientras empuja hacia afuera la puerta. Entro a saltos sin decir una palabra, sencillamente le miro sorprendido y sonrió, creo que aún estoy impactado por la imagen de aquel pedazo de metralla, ¡no soportaría vivir herido!.
Fathi conduce con pericia entre escombros y gente, pienso en él y en que es un gran tipo. Tan misterioso como el día en que apareció en mi vida y tanto como el nexo de unión que hasta hoy nos ha acompañado. Juntos nos hemos cuidamos en esta, y de esta, maravillosa y desangrada región donde "nada" es lo común y un buen amigo lo es todo. El tráfico por los caminos de tierra se hace más insoportable, cada pocos metros debemos sortear controles con guardias muy nerviosos o gente que aparece por cualquier rincón. El vehículo sobrepasó a un crio que lloraba solo al borde de la carretera, miraba el cadáver de un hombre joven tendido sobre su mula, la sangre se ha mezclado y se acumula bajo ellos, de nuevo suenan detonaciones que parecen provenir de obuses autopropulsados. Es extraño, aquí no deberían estar, pero observo pequeñas columnas de humo que surgen hasta el cielo entre los olivos que dejamos a la izquierda, ¡esa debe ser la ubicación de la artillería!. Ha dejado de llover y el sol pelea por salir encima de nosotros, superpuesto a la desolación. Un grupo de chavales ataviados como guerrilleros nos saludan sobre un montículo con el brazo en alto, gritan una y otra vez "¡Alá akbar, Alá akbar!" (Allah(u) Akbar). Mirando al horizonte de la carretera, el cronista se quedó dormido mientras Fathi soportaba los trompicones del todoterreno y se aferraba fuerte al volante. A ratos perdía la mirada en la cara de su amigo y le veía dormir tranquilo. Un aroma muy intenso a mar había penetrado tierra adentro y barría los campos grises y los olivos desgarrados, los pilares de casas destruidas o la cara de los que huían, pero Fathi no podía detenerse para contemplarlo hasta llegar a su destino. Apenas una hora después así lo hicieron con el polvo del camino todavía en la boca y el olor a explosivos flotando en el aire. Aún no se había disipado el polvo alrededor del coche cuando una persona se acercó al vehículo. Aparentaba esperarles aunque no habían anunciado su llegada, enseguida se presentó como asesor privado y añadió que también era un pequeño empresario exportador. Su acento era inconfundiblemente del sur de Estados Unidos, ¡Dios mío!, quizás nos vio cara de tontos... Dijo pertenecer a una empresa europea que preparaba un reportaje sobre la vida de los combatientes... ¡todo inconexo!. Soy Fathi y soy árabe, jamás había visto a mi amigo como lo encontré aquel día... miraba detenidamente cada fotografía en la lejanía, como si estuviese viendo algo diferente a lo que yo veía, parecía una bolsa de premoniciones a punto de explotar. Ahora sé lo que veía pero entonces no podía ni imaginarlo. Al atardecer, a la hora de los mosquitos, solo algunas horas después de llegar, salimos acompañando a un pelotón de hombres que aparentaban ser equipos especiales. Les habíamos visto durante la comida, sus ojos estaban grabados en mis retinas, todos uniformados de oscuro y con esa mirada que solo el que lleva tanto combatiendo tiene. Les habíamos visto enfundarse los pasamontañas, quitarse brillos y cualquier insignia que los delatase... y aquello creo que nos abrió los ojos a los dos, pero ya era tarde. Para entonces caímos en la cuenta que habíamos iniciado el viaje sin retorno. Tan solo tardamos unos minutos en sentir que estábamos al otro lado de las líneas. Hacia poniente, en dirección al mar, escuchábamos disparos y mas detonaciones, eran muy continuos, alguien se la jugaba cerca de un pequeño arroyo, entre los árboles que se alineaban en su cauce. Sin petos de prensa, vestidos de civiles, junto a una unidad militar sin identificar y aturdidos por los disparos apenas recuerdo lo que pasó después, además, las paredes blancas de este hospital me impiden concentrarme. Estoy agarrotado y me duele mucho la cabeza, me siento comprimido por las vendas que recubren mi cuerpo, aunque ya he visto que me falta una pierna la siento palpitar tanto como me duele el pecho al respirar. Me acuerdo vagamente que el combate se extendió prácticamente hasta donde nosotros nos encontrábamos, de repente alguien desde atras comenzó a disparar también y al minuto nos encontramos en medio de una refriega. Sentía como las granadas de un RPG ruso comenzaban a explotar entorno nuestro. Todos los que nos acompañaban se replegaron velozmente, a nosotros nos engancharon por el cuello y nos comenzaron a sacar a rastras de allí. Parecía el momento más duro del combate pero eso estaba por llegar cuando una granada explotó entre mi amigo y yo... Todo se volvió silencio y pitidos, pero aún así le estuve buscando hasta que entre el humo y el olor a explosión lo pude ver completamente aturdido y con un agujero de cinco centímetros en el pecho, no hablaba, solo jadeaba y expulsaba sangre a borbotones. Tardó pocos segundos, -¡al final, me quedo... por aquí!- dijo entre susurros y murió. Hoy sé que veía entonces, veía la muerte con los billetes de vuelta a casa en la mano, intuía cosas que solo algunos, los que llevan demasiado en la brecha, pueden distinguir... supo que iba a morir allí, tan solo buscaba el lugar y un cielo tan luminoso como el de Oriente Medio.
Fotos: Wikipedia

lunes, 15 de junio de 2009

POLÍTICA INTERNACIONAL: ¿QUE SUCEDE EN IRÁN?

¿QUE SUCEDE EN IRÁN?
Por: Jorge E. Bermejo
No hace muchos días que un servidor traía a esta ventana de reflexiones una historia muy particular sobre alguien que me mostró la existencia de Irán, ¡de los diferentes Iránes!... el del Sha, el de la Revolución y el que, según ese alguien, venía por entonces de camino y que ya ha llegado. Mi buen amigo no llegó a ver el Irán de hoy en día... peligroso gallo, combativo con Occidente, cerrado a los cambios mundiales pero afectado por ellos al igual que el resto.
Irán es hoy, a ojos de un romántico, un silencio atronador que clama cambios. Un silencio que se ha roto en estos días para convertirse en el perfecto escenario de cualquier película con tintes de suspense que se puedan imaginar. Es escenario de sufrimiento y cerrazón, nido de informaciones y boca a boca, caldo de cultivo de una peligrosa bipolarización. Irán es ya el laberíntico país del que disfrutan los ávidos reporteros de Graham Green o los corazones rotos de John Le Carré. Irán tiene una herida interna por la que se puede desangrar un país y dejar escapar en esa hemorragia a los reformistas a la vez.
Paralelamente la comunidad internacional prepara diferentes movimientos de fichas basados en los posibles supuestos... pero permanece espectante. ¿Qué más hay tras la lentitud de respuestas?, ¿qué está sucediendo en el tablero de los foros y potencias?, no debemos olvidar que el tiempo corre en contra del Reformismo, ni que miles de personas se están declarando cada día como ejemplo vivo de resistencia aún sabiendo que serán represaliados.
Y detrás de los dirigentes y las pantallas de televisión, los demás, sencillamente asistimos a golpe de censura a lo que debía ser el inicio de una transición que desembocase en la transformación del actual Irán, uno de los veinte países más extensos del mundo y la única República oficialmente teocrática del mundo.
Así pues, partiendo de la nación como eje central nos encontraremos en un extremo a esa comunidad internacional, la cual es perfectamente consciente de la peligrosidad que en un análisis político supone pretender detener una transformación surgida desde el pueblo. Las grandes potencias están midiendo el grado de organización que ese "espíritu transformador" y casualmente oportunista en medio de tensiones nucleares y otros etcéteras, está forjando al agruparse y expresarse entorno a figuras que ejercen como cabeza visible de la oposición, con carisma y simpatías suficientes como para dar aliento a la ciudadanía. En el otro extremo encontramos un gobierno acosado, con aspecto de huir hacia delante, y que no sabe pensar que, quizás, la revolución necesita una nueva imagen que se complemente con el giro que quieren mostrar los Reformistas, tan necesario como delicado debido a que la base sufre fricciones continuas. Baste observar otro parámetro medidor que brota desde las posturas duras de Ahmadineyad para mostrar su estilo de defender que nada cambie para que todo siga igual.

Entonces, a la espera de las posturas internacionales, cabe prever en la inmediatez, que la Unión Europea no adoptará grandes decisiones, Francia, al margen, debe capitanear una postura oficial a caballo de sus intereses, de los del Viejo Continente y de acuerdos con otros países. Estados Unidos jugará a doble carta, esto es, mientras figuras como por ejemplo Biden se acercan a la figura dura de la película la Secretaria de Estado Hilary Clinton debe jugar su papel diplomático (que no cortesano) y dar una de cal y otra de arena. Mientras tanto el ciudadano de a pie asiste a desde casa y una vez más al recalentamiento de un foco geoestratégico de dimensiones descomunales si tenemos en cuenta quienes son los vecinos de Irán... Afganistán, Irak, Pakistán, Turquía, Armenia, Azerbaiyán, etc...

Otra de las cuantificaciones que se deben manejar en estos casos es que Irán, con setenta millones de habitantes, tiene una importante bolsa de gente joven con un buen nivel cultural, que entienden sobre nuevas tecnologías y muchos de los cuales han salido o residen en el extranjero. Sencillamente hablamos sobre perfiles de personas que no desean por más tiempo lo que han visto hasta hoy, que reclaman una necesaria modernización basada en conceptos totalmente diferentes a los que se alimentan en Irán. Con esos nuevos conceptos que a pesar de todo han logrado penetrar en el "viejo" Irán, la necesidad de adaptación se hace imprescindible mientras el vaso no esté desbordado. Después, debido a la atracción internacional que el gobierno desea evitar a toda costa y a otros factores, llega un clímax que resulta más beligerante y que puede ser este al que nos enfrentamos. O... puede tratarse tan solo de una movilización avocada al fracaso físico pero faro de aviso en adelante a los dirigentes iraníes y al presidente Ahmadineyad. Éste, sumido en el aumento de la radicalidad internacional que se reflejaba estos días pasados ha descuidado la atención interna por donde la oposición ha visto una pequeña grieta para intentar colarse, ¡el peligro lo tienen tabién dentro!.

En mundología de política internacional una analítica en la que figura un conato de "Revolución" interna tan particular como este sería suficiente para encender las alarmas. Todavía están frescas en las hemerotecas y videotecas las imágenes de Homeini descendiendo las escalerillas de un avión que le traía de vuelta a casa para tomar el mando de la Nueva Revolución, esa que venía a transformar un país occidentalizado a golpe de metrópoli, que tenía un Sha pro-occidental y pro-estadounidense. como digo, todavía están demasiado frescas las imágenes de las revueltas previas a la caida de Rezáh Palevi, del secuestro de extranjeros, de la conmoción internacional y la barrenamiento de una sociedad para edificar otra en cimientos que ya habían conocido otras cosas.
Como dice el refrán "Cuando el río suena..." y alarmante resulta la represión utilizada, un sencillo claxonazo se convierte en un símbolo de oposición y por tanto de veda abierta para sacudirle al provocador. La población vive del boca a boca que fluye por las calles como intentan fluir las caravanas de opositores que denuncian el supuesto fraude. No pueden detenerse en ningún sitio en concreto para no ser blanco de las Fuerzas policiales y parapoliciales, que como en todo análisis de situación no pueden faltar como somatenes del poder establecido.
En estas se puede observar que la solución solo puede proceder desde el propio régimen en forma de manos abiertas si bien no cabe esperar cambios significativos en el engranaje profundo de este Irán cuyo poder supremo de decisión procede de las deliberaciones de los doce miembros de un Consejo de Guardianes de la Revolución, dividido al 50% entre laicos y religiosos que mantiene una línea ortodoxa y más comprensible con las posturas de Ahmadineyad.
Aún así, el líder opositor, en un alarde de seguridad en su victoria y una muestra de legalidad al mundo acude a ellos solicitando la anulación de los comicios por irregularidades, algo que nunca antes se había producido, nunca el Consejo ha anulado unas elecciones bajo la tensión que se está viviendo y la solicitud de un líder opositor como es Hussein Musavi que puede desestabilizar las bases de la Revolución. Entre tantas suposiciones aparece en escena Rusia, que quiere entrevistarse con Ahmadineyad para saber de primera mano que está sucendiendo, y lo hará bajo el marchamo de Reunión bilateral para el seguimiento de negocios y acuerdos comunes o cualquier sobrenombre similar, y tras esta toma de contactos la comunidad internacional, con especial interés de USA, Israel y UE, se tomará su tiempo para decidir, con lo que el paso de las horas, que como hemos dicho juega contra los opositores, puede hacer diluirse como azucarillos las ansias de reforma de una buena parte de la población iraní, aunque solo sea por cansancio natural. Después el mundo bajará la cabeza y perderá el contacto de aquellos que, fuera del objetivo de las camaras, ya son presa fácil de represión post-represión. La dureza de la represión puede ser extrema basándose en dos factores primordiales que son la falta de testigo imparciales o medios de comunicación extranjeros y la nula necesidad de Irán de comportarse diplomáticamente con el exterior pues de hecho ya está metido de lleno en una campaña de enfrentamientos de intensidad aún controlable.
Para finalizar, en la vertiente profunda de los sucesos a los que asistímos, encontraremos la lucha que lleva a cabo una teocrácia alérgica a reformas y más aún si en el sacrificio se debe dejar atrás algo mas que un cambio de poder en una nación soberana. Entre otros estos serían pues algunos factores para una desestabilización zonal - El área y los países vecinos. - Población jóven y conocedora. - Radicalización y manía persecutoria del Régimen. - Hastío interno, censura y represión. - Stand by en la comunidad internacional. - Sistema económico obsoleto y basado principalmente en petróleos. - Repercusiones de crisis global y de crisis nuclear - Surgimiento de alternativas. - Papel jugado por EE.UU, apoyo que recibe Musavi y papel de otros políticos. Fuente fotos: Internet