SILENCIOS
Por: Jorge E. Bermejo
Que mas silencios hay como agujas que los del final de una vida, que los de un adiós escondido... ¿cuales hay que sean peores tragos para el que está frente al monstruo que le devora por dentro?.
El silencio, en cualquiera de sus formas, puede provocar desajustes vitales que hay que corregir a la carrera porque la vida no para por tí ni pasa más despacio ahora, de hecho la vida pasa tan rápidamente que en ocasiones descuadra el tándem edad-conciencia. Unas veces todo un hombre tiene la mente de un niño y en otras nos enfrentamos a un viejo en el cuerpo de un crío. Y en este caso digo viejo como sinónimo de persona con acopio de conocimiento y experiencias, de sensaciones y fondo.
Ayer, raramente, me hice caso y cerré los ojos un minuto frente al ventanal. Cuando los abrí el mundo frente a mí se había transformado, la tarde cerrada y preñada de lluvia inundó todo de gris, la habitación estaba en penumbra y los truenos rompían por sorpresa sobre Madrid. En un suspiro descargó sobre el jardín toda la lluvia del Diluvio Universal. ¡La imagen era tan espectacular...! La lluvia caía con fuerza y en cantidad tanta que costaba ver la fachada enfrentada, golpeaba con odio y racheaba sin piedad. ¡Y yo estaba descubriendo el sencillo detalle de un día de lluvia!.
Cuando cerré los ojos de nuevo seguía lloviendo y era de noche, pero esta mañana el sol ha roto luminoso donde ayer lloraba tanto y he sentido que entraba por la ventana para despertarme... y todo esto en silencio...
He desayunado frente al mismo ventanal que el día anterior era gris, pero ahora la habitación estaba inundada de luz y una brisa ligera movía las ramas de los árboles del jardín. Mirando fuera me he dado cuenta que la noche más triste ha pasado, las lágrimas ya no caen ni la oscuridad es dolorosa, ya no me siento sumido en el silencio del sacrificio. Ayer me acurrucaba en los brazos del olor a tierra mojada, sentía sus dedos frescos y disfrutaba de su perfume para olvidar la noche amarga. Tanto lo sentí que las horas se han llevado la amargura pero el olor a tierra mojada se ha quedado grabado. Por eso, porque ya ha pasado y aunque hoy la luz no trae aromas, a mi me sigue oliendo a eso... a tierra mojada y fresca.
Y al fin el silencio huye por el jardín dejándome a solas con mis percepciones. Y de esta manera he experimentado el silencio para saber que tan solo lo deseo administrado, que tras un buen silencio recuperas la voz para saber expresarte con palabras o que al fin, un silencio es la puerta para la reflexión.
Sí señor, cuán necesario es el silencio, sobre todo ahora, en la época que nos ha tocado vivir. Todo es una amalgama de dinamismo frenético, no hay ni un respiro, cada segundo pasa raudo y oprimido por la presión del venidero.
ResponderEliminar¡Qué lujo es el silencio en un mundo ruidoso hasta el extremo! Ruidoso en los oídos, ruidoso en las formas y ruidoso en el tiempo.
Y sin embargo el silencio es tan humano y tan humilde como callar para disfrutar de algo que trasciende a tu ego y que es mucho más grande. Ya nadie se acuerda del silencio, como nadie se acuerda de disfrutar de los pequeños placeres que tejen nuestra satisfacción. Siempre vamos heridos de ansiedad, intentando saciar la sed de silencio con el estruendo del dinero, el poder, dinero, sexo y dinero otra vez.
¿Por mí? ¡Por mí que calle el hombre y hable el mundo!
Aunque sea sólo un silencioso segundo.
¡Muchas gracias por tu refelexión!. Me parece tan real como la vida misma. Te deseo lo mejor y un poco de silencio buscado para pensar... Un saludo
ResponderEliminar17/07/09.
ResponderEliminar¿Como sera el silencio absoluto?
¿Hay varios tipos de silencios?
Silencio de mar.
Silencio de Luna.
Silencio de montaña.
Silencio del espacio.
Silencio de uno.
Silencio de dos.
Silencio de los otros.
Silencio del viento.
Silencio del sueño.
Silencio de la mente.
Silencio de la muerte.